jueves, 8 de enero de 2015

20 Hechos sorprendentes del cuerpo humano que no te debes perder¡¡... el 17 es bueno

  

Dicen que el cuerpo humano es una maquinaria perfecta y asombrosa. Para comprobarlo, basta echarle un vistazo a varios datos sorprendentes sobre su estructura y funcionamiento.
Recopilados por The Guardian, estos 20 datos son algunos de los descubrimientos más impactantes que la ciencia ha realizado sobre el cuerpo humano.


1.El Apéndice sí sirve para algo
Nunca pelamos a este elemento del cuerpo, hasta que un día se nos inflama y tienen que extraerlo. Su función por mucho tiempo fue controversial, pues había quienes sostenían que no servía para nada. Sin embargo, recientemente se descubrió que el apéndice es útil para las bacterias que ayudan a la función del colon en el sistema digestivo, las cuales se refugian en él para criarse y protegerse.

Así que por favor, ya no menosprecien a su apéndice.


2.Moléculas gigantes
Todo está compuesto de moléculas, las cuales varían en tamaño. Unas se componen de simples pares de átomos (como las moléculas de agua) y otras son unas complejas estructuras orgánicas. Para nuestra sorpresa, la mayor molécula de la naturaleza reside en el cuerpo humano. Le llaman el Cromosoma 1, y contiene alrededor de 10 mil millones de átomos. ¡Imaginen la cantidad de información contenida en esta molécula!


3.Estamos llenos de átomos
Es casi imposible que logremos dimensionar lo pequeño que son los átomos que componen nuestro cuerpo, hasta que nos enteramos de la cantidad que en promedio tiene un adulto. ¡Algo así como unos 7,000,000,000,000,000,000,000,000,000 átomos!


4.¿Cuerpo de chimpancé?
Por increíble que parezca, en el cuerpo tenemos casi el mismo número de pelos que un chimpancé, sólo que nuestros cabellos son inútiles y tan finos que casi no se ven. No se sabe por qué el hombre ha ido perdiendo está protección natural, aunque se piensa que fue para que sudemos más fácilmente.

5¿Por qué tenemos “piel de gallina”?
 La “piel de gallina” es un remanente de nuestra evolución que ya no tiene ninguna utilidad para los humanos modernos. Este fenómeno se produce cuando se tensan los diminutos músculos que están en la base de cada pelo, haciendo que este se tense.
Nuestros antecesores tenían el cuerpo cubierto de vello y la piel de gallina les servía para combatir el frío: al erizarse los pelos, entra más aire entre ellos, y se convierten en un aislante térmico mucho mejor. Por eso a veces se nos pone la piel de gallina cuando sentimos frío.
El miedo o una experiencia emocional intensa también pueden provocar “piel de gallina”. La explicación es igualmente evolutiva: casi todos los mamíferos, cuando se sienten amenazados, erizan su pelo para parecer más grandes y más peligrosos.
A diferencia de chimpancés y gorilas, nuestros parientes más cercanos, los humanos hemos perdido el pelo en casi todas las partes de nuestro cuerpo y la “piel de gallina” ha perdido su utilidad.



6.Si sales de una nave espacial sin usar traje de astronauta, no explotarás
Muchas películas Hollywoodenses de ciencia ficción manejan la hipótesis de que, si un humano es lanzado desde una nave espacial hacia el exterior sin portar un traje especial, a su cuerpo le pasarían cosas horribles. A pesar de que el vacio en el espacio puede hacer hervir líquidos, la sangre en el cuerpo se mantendría bajo presión normal dentro del sistema circulatorio. El frío del espacio tampoco sería problema, pues el cuerpo no perdería calor de forma inmediata. Eso sí, lo que nos terminaría matando sería la falta de aire.
Se calcula que el tiempo de supervivencia de un humano en el espacio exterior, sin protección alguna, sería de 1 a 2 minutos.



7.Tu cuerpo es espacio vacío
Aunque nos parezca lo contrario, los átomos que componen nuestro cuerpo son, esencialmente, espacio vacío.
Los átomos están compuestos por un núcleo central y electrones que orbitan a su alrededor. Pero el núcleo y los electrones son diminutos y la distancia entre ellos es enorme: si imaginamos un átomo del tamaño de un estadio de fútbol, el núcleo tendría el tamaño de una mosca. Todo lo demás es espacio vacío.
Si eliminásemos todo el espacio vacío de nuestro cuerpo, cabríamos en un recipiente 50 veces más pequeño que la cabeza de un alfiler.


8.Repulsión electromagnética
Este punto es de los más impresionantes. Resulta que los átomos que forman la materia nunca se tocan entre sí. Este fenómeno es por la repulsión que hay entre las cargas eléctricas de las partes que componen cuanto nos rodea, incluso cuando aparentemente los objetos están en contacto. Así, cuando nos sentamos en una silla, en realidad no la tocamos, sino que flotamos a una distancia muy pequeña, provocada por la repulsión entre átomos. Esta fuerza es mucho más fuerte que la gravedad.


9. Los átomos de nuestro cuerpo son viejísimos
Cada átomo de nuestro cuerpo tiene miles de millones de años de antigüedad. Y es que el hidrógeno (uno de los componentes principales del cuerpo) fue producido en el Big Bang. Algunas de esas explosiones de estrellas fueron tan poderosas, que los elementos producidos dieron origen al universo y por ende, a la vida. Por lo tanto, los componentes de nuestro cuerpo son verdaderamente antiguos. Estamos hechos de polvo de estrellas.


10.¿Cómo son los átomos?
La mayoría identifica a los átomos como un pequeño sistema solar, con un núcleo en el centro y varios electrones zumbando alrededor. Pero realmente, la carga eléctrica de los electrones y la aceleración de sus partículas cuánticas cargadas tienen un comportamiento extraño y una forma un tanto diferente.
Así, los electrones más bien son una colección de probabilidades y no están ubicados en lugares y rutas específicos. Una mejor forma de representarlos sería como un conjunto de elementos difusos alrededor del núcleo.



11.Rojo Sangre
Se piensa que la sangre es roja debido al hierro que hay en ella, pero más bien, se debe al anillo de porfirina que tiene la hemoglobina en su centro. Cuando hay una herida y brota la sangre, esta interactua con el oxigeno exterior y el anillo de porfirina cambia de color a rojo.
Cuando el anillo de porfirina (hemoglobina) corre por las venas, tiene color verde-medio azulado. Por eso, cuando vemos las venas a través de la piel, nuestras venas se ven de ese tono.


12. Retrovirus en nuestro ADN
No todo en el ADN de nuestros cromosomas proviene de nuestros ancestros evolutivos, sino que incluye por lo menos ocho retrovirus (virus que hacen uso de los mecanismos de una célula para la codificación del ADN). En algún punto estos genes virales se insertaron en el ADN humano y ahora desempeñan funciones importantes en la reproducción humana, pero son completamente ajenos a nuestra ascendencia genética.

13.- Tu cuerpo posee más bacterias que células
El cuerpo humano está formado por alrededor de 10 trillones de células, pero 100 trillones de bacterias viven en su interior. ¡En tu cuerpo hay muchísima más vida que la tuya!
La mayoría de estas bacterias son inocuas y algunas incluso beneficiosas, como las que ayudan en la digestión de los alimentos.



14. Arañas en las pestañas
Muy probablemente tienes ácaros en las pestañas. Estas pequeñas criaturas viven en las células viejas de la piel y en el sebo producido por el pelo humano. Aunque por lo general son inofensivos, pueden provocar alergia en algunas personas. Los ácaros de las pestañas con casi imperceptibles (son transparentes y miden un tercio de milímetro). La mitad de la población los tiene. La probabilidad de tener este zoológico ambulante aumenta a medida de que envejecemos.



15. Los pocos fotones que detecta nuestro ojo
Nuestros ojos son muy sensibles, pero sólo pueden detectar una pequeña cantidad de fotones de luz. Es decir, el ojo sólo es sensible a una parte del espectro (también llamado luz visible). Aunque en realizad existe mucha más luz de la que en realidad vemos.
Si en una noche clara echas un vistazo a la Constelación de Andrómeda, quizá notes a simple vista una pequeña mancha borrosa de luz. Esta galaxia es la más grande cercana a nuestra Vía Láctea (2.5 millones de años luz de distancia) y lo que vemos en realidad son fotones de luz emitidos cuando aún no había humanos sobre la Tierra. Así, aunque con mucho trabajo, nuestro ojo nos permite dar una mirada hacia atrás del tiempo.


16. El sentido extrasensorial
Tenemos más de cinco sentidos. Como prueba, pon tu mano a unos centímetros de alguna barra u objeto de hierro caliente. Ninguno de los cinco sentidos convencionales podría asegurarte que esa barra de hierro quema sin tocarla, pero puedes sentirlo sin tocarlo. Esto, gracias al sentido extra sensorial.
Otra prueba es cerrar los ojos y tocar tu nariz sin errar. Sin usar ningún sentido tienes la percepción de dónde se ubican las partes de tu cuerpo y puedas tocarlas sin necesidad de mirar. Esto se logra gracias a la intuición y conocimiento de tu propio cuerpo.

17.Eres mucho más viejo de lo que crees
La mitad de tu ADN proviene de un óvulo de tu madre. Pero los óvulos de tu madre se formaron cuando ella era todavía un feto, meses antes de que ella naciese.
Si tienes 20 años y tu madre te tuvo con 30, en cierto sentido tú tienes 50 años.


18. Lo importante del ADN
Creíamos que sólo el 3% de los genes en nuestro ADN eran importantes, pues estos determinaban el factor dominante para establecer cómo seríamos físicamente. Al resto se le consideraba basura. Sin embargo, algunos estudios han determinado que ese otro 97% influye de manera importante en nuestro desarrollo, y actúa controlando la producción de otros compuestos importantes de nuestro organismo.


19. Acciones inconscientesMuchas de nuestras acciones cotidianas las hacemos sin pensar. Conducir un auto, por ejemplo, tras años de práctica, es una tarea que hacemos sin mucha consciencia de cada una de nuestras acciones. Este proceso es manejado por una de las partes más primitivas del cerebro y se lleva a cabo desde nuestro subconsciente. Así, resulta interesante analizar cuánta de nuestra rutina diaria la hacemos como si fuéramos un robot autómata.


20. Ilusión óptica
Lo que vemos es artificial. En realidad, lo que percibimos con la vista es un modelo del mundo construido a partir de la información que proporcionan al cerebro los módulos del ojo encargados de medir la luz, las sombras, los bordes, las curvaturas, etc.

Nuestros ojos son fáciles de engañar. Para muestra, la luna, cuya imagen vemos mucho más grande de lo que realmente es.

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